martes, 23 de agosto de 2011

Hunab-Ku Maya


Para los mayas el centro de la galaxia es Hunab-Ku, el dios de la unidad (especie de Ometeotl o Tao), también lo representaban, por su forma (y sólo tenían el telescopio de la mente) como la mariposa galáctica (en la imagen superior también tomada por Chandra, se pueden ver las alas de niebla de estrellas sobre el capullo galáctico de Sagittarius A).
El centro de la galaxia, que está a 26 mil años luz aproximadamente, se alineará con el sol el 21 de diciembre de 2012 a las 11:11 de la mañana, algo que sucede cada 26 mil años y se debe a la precesión de los equinoccios. Este día también es el fin de la cuenta larga del calendario maya (aunque John Calleman sostiene que el verdadero fin del ciclo es el 28 de octubre de 2011).
El Observatorio Auger de Rayos Cósmicos ha detectado una emanación de rayos cósmicos de alta energía que llegan a las playas planetarias de Gaia. Estos rayos cósmicos son generados por masivos agujeros negros como el que está en el centro de nuestra galaxia. Los rayos generan poderosos campos magnéticos que actuan como aceleradores de partículas naturales elevando el nivel de energía de los protones a níveles que superan nuestra capacidad tecnológica.
¿Podrían ser las emanaciones de rayos cósmicos del centro de la Vía Láctea el mítico Rayo de Hunab Ku, patrones temporales codificados en luz? ¿Sería esto un disparo desde el athanor alquímico de nuestra matriz galáctica destinado a energetizar la doble serpiente de nuestros genes y activar un proceso evolutivo, la eclosión de la mariposa de fotones, el alma? Es esto lo que sostienen los partidarios de las Ascension Planetaria 2012. Acaso solo un sueño, el más grande y hermoso de los sueños.
Algunos místicos especulan que los agujeros negros son portales a otros universos (como arriba es abajo: “mama matrix most mysterious” (James Joyce)) y tal vez también puedan ser un conducto uterino que genera el código luminoso de la vida espiritual, posiblemente nosostros hayamos atravesado el túnel cósmico del centro de la galaxia para nacer a esta configuración bioenergética. De esta mariposa de estrellas, como el doble onírico de Chuang-Tse, se desdobla nuestro ser astral, el ser holográfico multidimensional en cuya conciencia se ordenan todas las experiencas de nuestras existencias simultáneas: su crisálida es la eternidad.
Si esto es verdad, cuando vemos estas imágenes sentimos una corriente de energía holográfica, tal vez como la que puede sentir un niño al ver el útero de su madre, y desde fuera sabemos que seguimos adentro

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